EL MONOCULTIVO DE LA PIÑA MATA LOS BOSQUES Y ENVENENA A LAS COMUNIDADES

ASOCIACION COMUNIDADES ECOLOGISTAS LA CEIBA AMIGOS DE LA TIERRA COSTA RICA

Costa Rica es uno de los principales países exportadores de  piña en el mundo. Este es  un monocultivo frutal cuya  siembra ha destruido gran cantidad de hectáreas de bosque y biodiversidad, así como tierra para el cultivo campesino. En muchos casos, esta destrucción se hace de noche por medio de los conocidos “pacajones” de la muerte, ejemplo de ello lo hacen  en la oscuridad de la noche, abren enormes hoyos donde luego de talar los árboles, se entierran con total impunidad.

El monocultivo de la piña no es distinto a otros como  lo es el banano, la naranja, la teca,  el eucalipto o la palma;  los cuales poseen la misma dinámica devastadora, con los mismos impactos y en ningún caso se convierten en  agentes de bienestar local.

 Es por esto que se ha definido el  21 de setiembre,  como el Día Internacional contra los Monoultivos, los movimientos sociales en todo el mundo, celebramos la lucha contra los monocultivos de árboles y otros monocultivos que atentan contra los bosques, la biodiversidad, el agua y el acaparamiento de tierra.  En Costa Rica y desde COECOCEIBA hemos decidido enfocarnos en el más contaminante monocultivo del país de esta época: la Piña.

 

En el 2004, el área total del cultivo de la piña era de 23,000 hectáreas y según datos de instancias gubernamentales, su crecimiento es más del 300% en los últimos siete años. La exportación de piña generó más de US$2,000,000 ese año. Esta suma muestra la alta ganancia para el sector agroexportador dominado por transnacionales como Dole, Del Monte y Chiquita.,  

 Lo que ha significado poca o nula transferencia de esa riqueza económica a las comunidades locales donde se produce la piña, lo que ha servido muy poco,  para el mejoramiento de las  condiciones socio-económicas y socio-ambientales de los territorios donde se ubican estos monocultivos y así mejorar la calidad de vida para las comunidades. Por el contrario, han sido causa de descontrol y contaminación de las fuentes de agua, con  afectaciones sobre escuelas, centros de salud y la producción agropecuaria.

 La imposición de cualquier monocultivo conlleva inmensos impactos tanto para el ambiente como para las comunidades[1]. Uno de los impactos más directos de la  expansión piñera en los últimos 10 años,  ha sido la contaminación de aguas superficiales y subterraneas en comunidades en la región del caribe con uno de los herbicidas más conocidos como el Bromacil o el Glisofato, la muerte de ganado a causa de plagas incontrolables como “Mosca de los establos (Stomoxys calcitrans)”  y la vulnerabilización de áreas naturales protegidas y de recarga acuífera. 

Las comunidades se encuentran a la merced de un modelo agroexpportador incontrolado, con la complicidad de las transnacionales que promueve la exportación de este cultivo, como si fuera un retroceso de 100 años en la producción nacional a la mejor usanza de United Fruit Company, a costa de la  expansión, y un importante  apoyo de las autoridades de gobierno y a expensas de la tierra y la naturaleza. Son invadidas por este monocultivo, ubicándose  en las regiones empobrecidas del país por lo que las empresas piñeras se presentan como un “factor de desarrollo” al ofrecer trabajo,  responsabildad social empresarial para un supuesto apoyo comunal como dar reparaciones   alguna escuela o salón comunal y en algunos casos, hasta llegan ofrecer infraestructura como  carreteras o puentes. 

 La actividad agroexportadora se ha convertido en una actividad privilegiada y de uso comercial  para impulsar a Costa Rica un país atractivo para la inversión extranjera y de esta forma la  política comercial  se articula a base de los  Acuerdos Comerciales internacionales y de Inversión que se negocian con diferentes regiones del mundo como China, Europa u otros países de economías emergentes.

En esta linea se dan mecanismos para incentivar el monocultivo de piña en Costa Rica con sello verde, es así que se promueve una intervención institucional del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y otros actores aparentemente imparciales como una agencia de cooperación Holandesa e impulsan como  objetivo lograr una Plataforma Responsable de Piña en Costa Rica para  su exportación y colocación en los mercados europeos. La supuesta  “plataforma de dialogo” sólo aumenta el abismo en la participación ciudadana y en la promoción de  falsas soluciones  a un problema de uso y manejo del suelo.

 Además de establecer que quienes cultivan, exportan y venden la piña tienen con un claro interés de seguir acelerando la expansión del monocultivo  a pesar de la oposición comunitaria;  de consolidarse esta plataforma es una  señal de la dirección que tienen los altos interes económicos de exportación, sino que lo diga el mismo ex director de la CANAPEP, ahora coordinador de esta Plataforma de Piña Responsable.

Lejos de ser una solución, esta iniciativa es una verdadera trampa

 Existen ya antecedentes a nivel internacional que demuestran que este tipo de iniciativas lo que busca es maquillar de verde a actividades productivas contaminantes. Logrando presentar como una innovadora solución el cumplimiento normal de la legislación -por ejemplo que las piñeras dejen de contaminar el agua-. Así, una obligación legal que tiene cualquier persona física o jurídica en el país, se presenta como una concesión de quien realiza la acción ilegal y ante el público, se da la impresión de que ese sector agroexportador  es consciente y responsable.

 La repercusión en el mercado entonces, es que esa empresa es buena y  responsable por lo tanto es correcto comprar el producto que ofrecen, en este caso la “piña responsable”

La mesa de piña responsable en Costa Rica ha demostrado no contar con la participación de la sociedad civil, sector ecologista ni de pequeños productores, pues están en desacuerdo con ser cómplices de una iniciativa que no tiene justificación alguna. Igualmente, quienes organizan esa plataforma han insistido en buscar aliados, aunque sea pocos y no representativos de la sociedad civil para llevar adelante su proyecto; pero después de dos años cuando el proyecto finalice, ¿se habrá resuelto el problema de la expansión piñera?

 Las comunidades y dos municipalidades(Guacimo y Pococí) ya han planteado verdaderas soluciones a esta problemática ambiental. Las Moratorias Municipales a la expansión piñera es un paso en la dirección correcta y de verdadera participación y presión de los y las ciudadanos. La autonomia y autodeterminación comunitaria es fundamental para lograr construir un país socialmente justo y ecologicamernte equilibrado.

 Repudiamos el intento por parte de la Cámara Nacional de Productores de Piña (CANAPEP) de socavar la autonomía municipal. Mediante el recurso de amparo contra las moratorias a la expansión piñera planteadas por la municipalidad de Guácimo. Amparo bajo el expediente 12-006869-0007-co, el cual pedimos que se desestime por lesionar el articulo 50 de la Constitución Política y el principio precautorio.

 No debemos permitir que intereses privados lesionen el derecho a decidir querer vivir bien y con bienestar , el decidir como queremos vivir. Aplaudimos la valiente decisión de las municipalidades de Guácimo y Pococí en la región del caribe, de plantear un ALTO AL EXPANSIÓN DEL MONOCULTIVO DE LA PIÑA que es un  a este verdadero desastre ambiental y social.


[1]           Puede mirar la pagina de http://www.coecoceiba.org

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